31 marzo 2008

Se ofrece servicio de espátula a quien lo requiera


He estado pensando en las relaciones de pareja. Demasiadas cosas vienen a mi mente. La mayoría de las cosas que he aprendido al respecto, se basan en la observación y análisis de las experiencias ajenas. Nunca he tenido mucha suerte en este aspecto...

Veamos un breve recuento: el niño que me gustó entre kinder y segundo básico, jamás me pescó; mi "primer beso" a los 8 años, fue producto de la curiosidad infantil y el deseo de saber, sin ni pizca de romanticismo, y además él estaba declaradamente enamorado (o tan enamorado como se puede estar a los 8 años) de otra niña... y después de eso, le bajaron las timideces, y me evitó para siempre... ; después, como a los 11 o 12, creo que el sentimiento era mutuo, pero nunca dijimos o hicimos nada al respecto; a los 12, se me declararon, y yo no tenía ni un interés en el susodicho; nos saltamos a los 14, en que el interés también fue mutuo, pero aunque se dieron las oportunidades, fui una maldita cobarde y no me atreví a dar el beso pedido; ni hablar de los 15, 16, 17 y los años en adelante, cuando conocí al único que puedo catalogar como el amor de mi vida y que me quedó penando por 9 años... y aún ahora, a veces me pregunto si en verdad lo purgué del todo; todos los que vienen después, un poco más de lo mismo: me gusta, no le gusto, o le gusto y no me gusta, o nos gustamos y no pasa nada. Woo-hoo... lucky me...

Cuento aparte son mis relaciones "oficiales" con pololeo incluido, sólo dos en 25, casi 26 años de vida... ambas iniciadas por las razones incorrectas, ambas acabadas con algún grado de alivio de mi parte, y ambas duraron menos que un candy... aunque a ratos se me hacía eterno.

Revisemos esos dos magnos eventos, y, por favor, los expongo sólo como objeto de análisis, no por pelar. De todas maneras las relaciones están cortadas con ambos, así que dudo que lleguen a leer esto. Pero en caso de que lo hagan, lo siento mucho, y si les molesta, lo siento más.

Mi primer pololo. Eramos amigos. Ibamos al cine juntos, aunque él solía dormirse casi todas las veces. Cuando me pidió pololeo, lo hizo de forma tan casual, que realmente no atiné a que me estaba pidiendo pololeo. Le dije que sí, sin saber que le estaba diciendo que sí. Para cuando me di cuenta, me estaba dando un beso, y mi pensamiento fue "Oops... parece que la embarré... pero en una de esas... somos amigos y lo aprecio... a lo mejor resulta". Lección N°1: no resulta. A los tres meses, ya no lo aguantaba. Quiero decir, cuando éramos amigos, nos veíamos los fines de semana y no tenía que aguantarlo cada maldito día. Y lo siento, pero la paciencia no es uno de mis puntos fuertes. Y yo no sé si estaba enamorado, pero parece que sí. Pregúntenle a él, no a mí. Debo decir que en todo caso, sentí mucho el arruinar esa amistad, y el hacerlo sufrir. No me gusta herir a nadie, pero lo cierto es que ya no podía seguir...

Muchas cosas pasaron entre medio. Me liberé de varias trancas, fui libre, y analicé hasta dónde estaba dispuesta a llegar. Y entonces para variar, caí rendida ante un tipo que nunca supe qué diablos quería de mí... Que a veces parecía que sí le gustaba, que a veces parecía que no... y era la clase de hombre del que podría haberme enamorado si hubiera tenido la oportunidad. Todo esto, coincidió con otros grandes cambios en mi vida, y el resultado: me encontré sola, frágil y carente de afecto... Consecuencia: caí con el primer tipo que pareció quererme un poco, también conocido como mi segundo pololo.

Es tonto, pero la verdad es que me hirió bastante... no es que estuviera enamorada, pero estaba frágil, y mi autoestima no estaba en el nivel normal. Así que él, supongo que sin querer (o eso espero) me manipuló victimizándose, culpándome por todo, hiriéndome más y más en el proceso. Sostendré hasta el fin de mis días, que lo que él sentía no era amor... era tan solo necesidad. Y yo, en mi extraña combinación de fragilidad y fortaleza, me vi exigida a ser fuerte para él. El lado negativo: terminé agotada emocionalmente y con más problemas de autoestima que antes, pues nunca parecía ser lo suficientemente buena para él. El lado positivo: me sirvió para construir la suficiente fortaleza de ánimo como para preguntarme qué diablos estaba haciendo con este tipo a mi lado. Nuevamente hice sufrir a alguien más, nuevamente lo sentí mucho, pero... qué diablos... el papel de víctima le sienta mejor a él que a mí...

Después de eso, nada... más desventuras amorosas y ya. Y creo que en verdad estoy un poco harta de tener que lidiar con ello. Sería todo mucho más fácil si quedara en el plano racional sin involucrar confusas emociones. Hacer lo que conviene hacer, elegir correctamente, ahorrarse equivocaciones y penas. O simplemente, pasarla bien. Pero supongo que todo es parte del crecer. O eso dicen. Al menos tengo de mi parte una mente demasiado analítica como para no aprender de mis errores. O de los ajenos. De mi última relación aprendí que no debo involucrarme con nadie si no estoy bien primero conmigo misma. Supongo que ese es el quid de la cuestión. Y encontrar las razones correctas, las personas correctas, que el sentimiento sea mutuo, no manipular, ni dejarse manipular. Uff... Es más complicado de lo que suena, lamentablemente.

Lo bueno, es que siempre hay alguien con quien contar... un hombro en el cual llorar, un confidente, un amig@ que te apoya y te recoge con espátula desde el suelo donde quedaste tirado, si es necesario. Y que pase lo que pase, nunca te deja solo. Supongo que de todas estas desventuras, lo mejor que he sacado, es que puedo ser esa amiga, porque si hay alguien que entiende cuando las cosas no resultan o no salen como se planeó o soñó, esa soy yo. Así que, si alguien lo necesita... tengo la espátula lista (sirve para pegar "espatulazos" también, por si acaso...)

Suficientes divagaciones por hoy. Besos a mis amigos

4 comentarios:

descatalogada dijo...

aiss que complicado hacemos esto de jugar a enamorarnos con lo facil que es.. o al menos en la teoría. Yo voy a ver si me consigo una espátula de estas, que me ha gustado la utilidad que le das.

bsos.

Dr_Cucho dijo...

Bueno mis desventuras amorosas tampoco han sido las mejores, y creo que he llegado a conclusiones medianamente parecidas… el tema es complicado y no hay ningún manual ridículamente simple para idiotas que facilite el asunto, y dudo mucho que mi experiencia me ayude a escribir alguno =P…
Bueno espero tener la capacidad de tener una espátula también, aunque lamentablemente se da el hecho de que uno no puede usar la propia espátula consigo mismo y debe recurrir a otras (aunque creo que de ti recibiré mayoritariamente espatulazas)… bueno quien te quiere te aporrea no? …
Pero una cosa es segura… me sirve para relajarme y despegar los píes del piso anque sea por un momento…
Saludos y abrazos… espero que no aparezcan más chapulines bajo mis píes…

Bye

Andres dijo...

Hola niña... aunque vivimos en un mundo de espátulas paralelas... te quiero y si necesitas cualquier cosa... ya sabes.

Yo creo que sí voy a escribir un libro pero lo voy a hacer novelado...

Me reí montones con lo del peluche... y con este también. Es increible como nuestras personalidades y han determinado nuestra capacidad de asumir riesgos... hazme caso y haz todo lo que quieras hacer, porque es mejor arrepentirse de las cosas que hacemos que de las que no hicimos (porque una vez que una oportunidad se va, no vuelve más).

Besos gigantes.

Anónimo dijo...

ortega y gasset nunca pasa de moda..