17 enero 2008

Qué ha sido de mí...

Sí, sí... he sido una ingrata, y no he contado nada más desde que entré a clases... lo sé... pero es que realmente han sido días intensos. Pero después de una noche de sueño reparador (y después del reclamo de mi hermano) me parece justo actualizarlos sobre mi vida.

Veamos. Seamos ordenados; hagamos mini-capítulos:

Día 1. Primer día de clases.

Como ya saben, me levanté una hora antes, escribí hasta que me tocó irme a clases, y partí. Llegué, y todavía faltaba un ratito, y como la sala estaba ocupada me senté en un cómodo lobby a esperar. Cuando fue la hora, entré a la sala y me senté, como la alumna aplicada y responsable que soy, en la primera fila.

Era clase de Macroeconomía Intermedia II, que en teoría se parece a mi curso de Macroeconomía. La dicta un profesor de origen italiano, muy agradable, que hace puros ejemplos con pizzas y pastas. OK, llámenme chauvinista... Fue una clase explicatoria del programa, más una breve clase introductoria, tras la cual me dirigí a mi segunda clase: estadística II. A la salida un tipo se me acercó - de esos que no faltan en ningún lugar del mundo - para conversarme y me acompañó hasta casi llegar al edificio donde tenía mi otra clase. Y antes de que se pasen rollos, no es mi tipo...

La clase de macroeconmía era normal, unas 40-50 personas, lo cual considero razonable... En cambio, la clase de estadística II... uff... más de 150 personas en un auditorio. Me senté nuevamente en primera fila, al lado de una niña de origen asiático con la que me puse a conversar. Empezó la clase, que también fue básicamente lo mismo que la anterior (programa e introducción) pero el detalle es que el profesor es de origen Indio (de la India) y tiene un acento, que se le entiende la mitad de lo que dice: dice "van" en vez de "one" y "ve" en vez de "we".

Aunque en realidad lo peor no fue el acento, sino el hecho de que me di cuenta que mi curso de estadística I del semestre pasado, no me iba a servir de absolutamente nada. Menos mal, que sí hice estadística en medicina, así que algo sé... pero, el detalle es que en medicina estudié estadística por allá en el 2001-2002, y por lo tanto no lo tengo tan fresco en la memoria.

El profesor pidió que formaramos grupos para las futuras tareas, y la niña asiática con la que había estado conversando me invitó a formar parte de su grupo.

La tarde la pasé en la lavandería, mucho rato. La buena noticia: mi ropa quedó intacta.

Día 2. Más clases

Partí el día a la hora correcta esta vez, y fui a mi primera clase de finanzas. Es grande también, pero amé a mi profesor. Es divertido y dinámico. Su clase me gustó harto. No hubo laboratorio así que tuve 2 horas libres antes de mi siguiente clase. Almorcé, y fui a la tienda de libros usados a comprar el libro de estadística (igual me costó 70 dólares... auch), en el que por suerte se incluyen los capíulos del primer semestre de estadística.

Llegué a marketing, el cual es de partida un ramo que no me llama la atención, pero tampoco es taaaan fome. Supuestamente la clase termina a las 6, pero terminamos como a las 4 y media o algo así.

Volví a mi hotel, comí, y me acosté.

Día 3. Estadística y carrete

Dormí hasta tarde, me salté el desayuno, y me dediqué a estudiar estadísticas, desde el capítulo 1. La meta era de ahí al martes era estudiar los 7 capítulos correspondientes al semestre pasado, más el primer capítulo correspondiente a este semestre. No me estaba concentrando mucho, así que me empecé a hacer un resumen en el computador. Lo bueno es que descubrí el editor de ecuaciones en word, con lo cual puedo escribir el símbolo de promedio, y hacer ecuaciones que estén divididas. Yo y mis obsesiones por la perfección.

En la tarde, después de la comida, surgió el panorama de ir a este pub, en el que hay un piano, y un tipo toca y canta a pedido. Tenía clases a las 9 al día siguiente, pero decidí salir de todas maneras. Fue muy agradable, y entretenido. Incluso bailamos un rato, aunque no era un lugarpara bailar. Y el tipo del piano, era seco.

Día 4. Brf, y Salsa!

Me levanté a las 7, a pesar del carrete de la noche anterior, llegué media zombie a clases de Macroeconomía, pero no había nadie. De a poco empezaron a llegar, después de que había revisado mi horario, el programa y el mapa como 5 veces para asegurarme que estaba en el lugar correcto. Llegó como la mitad de la clase, pero extrañamente, el profesor no aparecía. Alguien llamó a un amigo, cuando supuestamente ya estabamos como 15 o 20 minutos tarde, y se enteró que el profe había avisado que a clase se cancelaba porque estaba enfermo. Lo había anunciado en el intranet a último minuto, así que nos podíamos ir.

Comentando nuestra lata con un chico de ahí (que TAMPOCO es mi tipo) nos pusimos a conversar, y me invitó un helado. Después nos despedimos, y yo llegué a tratar de estudiar estadística de nuevo, pero tenía tanto sueño que me dormí una siesta. En la noche habíamos quedado de ir a un club de salsa, así que debía reponerme.

En la noche fuimos a ese lugar y bailé hasta que me dio puntada.

Día 5. Saint Lawrence Market, Bahía y Baile

Fuimos a un mercado a que nos hicieran un tour. Es uno de los lugares más antiguos de Toronto, y nos hicieron un tour, nos hicieron degustar algunos productos canadienses, recorrimos el mercado y fue muy interesante.

Con Robi (un italiano chiflado que me cae muy bien), Inge, Sofie (unas alemanas que les gusta cantar en los lugares más insólitos a toda boca), Ashley (la australiana que vive en mi hotel) y Arie (un francés) fuimos a la bahía también. Aunque eso fue antes del tour por el Saint Lawrence Market.

Después del mercado fuimos a un pub que se llamaba Scotland Yard, y en el camino, Robi me pasó el teléfono para que hablara con su mamá (plop). Simpática la señora, y es bueno saber que mi italiano no esta tan oxidado.

En la noche, fuimos a una disco que se llama Picadilly Circus, aunque antes tratamos de celebrar el año nuevo ortodoxo (Ashley nació en Rusia, y por lo tanto su familia es ortodoxa), y por eso fuimos a un pub ruso, que de ruso sólo tenía una extensa carta de vodkas y meseras con gorritos de la unión soviética.

Al final de la noche estaba muerta de cansada y sólo quería dormir hasta mediodía del día siguiente.

Día 6. Estadística

De hecho lo hice. Y luego me dediqué a estudiar estadística todo el resto del día hasta como la 1 de la mañana.

Día 7. Estadística again.

Sí. Estudié todo el día de nuevo, hasta las 2 de la mañana, para el día siguiente. Casi cumplí la meta. Me estudié los 7 capítulos del primer semestre. Pero el 8° era demasiado a esas alturas. Sólo me leí como la mitad.

¿Mencioné que odio a mi profe de estadística del semestre pasado?

Día 8. Sueño, banco y sacar la vuelta

A pesar de los múltiples trasnoches, me levanté a las 7 de la mañana. En clases de macroeconomía, luché contra las cabezadas, porque el sueño me embargaba. Creo que tenía los ojos vidriosos de sueño.

En estadística igual. aunque por lo menos me sentía bastante preparada para enfrentar la clase.

Después, pasé a la oficina a ver a mi coordinadora, porque por fin había llegado mi cheque de la beca. Después de almuerzo lo pasé a buscar con ella, me acompañó a sacarme la foto para obtener mi carnet de estudiante (y ya lo tengo! te lo entregan de inmediato... eso es eficiencia), y luego fuimos a abrir una cuenta en el banco. Los bancos resultaron no ser tan eficientes. De hecho, si depositas un cheque, sólo lo liberan 5 días hábiles después. Pero por ser de Ryerson, sólo necesitaban la autorización y al día siguiente podían liberarlo.

Después de esos trámites, todavía necesitaba estudiar como 4 capítulos de finanzas para el día siguiente, pero no tenía el libro ni la plata como para comprarlo (costó como 140 dólares) así que fui a la biblioteca. Sólo estaba en colección de reserva, por dos horas, así que me indicaron dónde quedaba la fotocopiadora. Y, oh sorpresa, es autoservicio. Pregunté dónde podía encontrar otra en que me atendieran. Fui, pero el tipo estaba demasiado ocupado, así que me enseñó a usar la máquina (también era modalidad auto-servicio, con la posibilidad de ser atendida) así que fotocopié 117 páginas perfectamente, y luego devolví el libro.

De vuelta en el hotel sólo saqué la vuelta mucho rato, y cuando me puse a leer estaba tan cansada que decidí dormir y despertar una hora antes, para tratar de leer los capítulos en la mañana.

Día 9. Finanzas, Marketing, Banco, Libros y Lavandería... Uff

Obviamente no alcancé. Menos mal que la ayudantía era con cuaderno abierto, y si hubiera sabido, sólo me habría estudiado el cuaderno, y el capítulo 4 para la clase.

A la hora de almuerzo, la pasé en el banco, depositando el cheque, activando la tarjeta, y sacando plata. Almorcé en dos minutos y fui a clases de marketing, donde nos hicieron un test evaluatorio.

Al terminar la clase, fui a comprar los libros, y lamentablemente el de finanzas tiene que ser nuevo porque tiene acceso a un programa de internet que usamos, y el de marketing no estaba en libros usados.

Luego volví, fui a la lavandería, puse un tope en la puerta para evitar que cerraran la puerta (la cierran como a las 9 y media), pero alguien lo sacó, así que mi ropa aún está en la lavandería, por lo menos la mitad, que seguía húmeda y puse de nuevo en la secadora. Debería ir a rescatarla.

Día 10. Hoy

Dormí hasta las 11. Tengo que ir a la lavandería a rescatar mis camisetas, ducharme, vestirme, ir a pagar el hotel, almorzar e ir a la biblioteca a hacer un tour por ella, con una de las bibliotecarias. Hoy en la noche, vamos a ir a comer a Little Italy.



Eso. Espero que esto sea suficiente. Tienen una entrada kilométrica que leer, si querían saber de mí. Como para que se aburran un rato.

08 enero 2008

Updates

Llevo días diciéndome que tengo que escribir esto, pero no había encontrado el momento, ya sea por cansancio o por tener otra cosa que hacer. Pero como ahora tengo una hora de tiempo que gastar (ya les diré el porqué) aprovecho de ponerlos al día.

Primero, para el que no se había dado por enterado, estoy en Canadá. Y esta entrada en particular, tratará de cómo llegué y mis primeros días acá. Si no están ni ahí, entonces... ¿¿¿para qué diablos se metieron mi blog??? Dicho eso, continuemos.

Viajé el día 2 de enero. Ese día en la mañana tuve que hacer las últimas compras, y creo que ya había mencionado algo de eso. En la tarde, me puse una camiseta manga larga, panties y pantalón de cotelé, dispuesta a mi viaje en avión y a morirme de calor en el trayecto al aeropuerto. En el camino recibí un par de llamadas a mi cel, a modo de despedida, y a cualquier rezagado o despistado, les advierto que ahora mi cel lo tiene mi mamá.

Envolvimos las maletas en Alusa Plast, y las fuimos a registrar a la aerolínea. Pesaron justo lo que tenían que pesar. La maleta grande pesó 22,9 Kg, y no podía pesar más de 23. Buen cálculo.

Esperé un rato, me despedí de mis papás y mi hermano, y pasé por policía internacional, cargada como bestia, con un bolso de notebook (laptop, me tengo que acostumbrar a llamarlo laptop...) que pesaba 7 kilos y un "pequeño" bolso de mano de 4 kilos. Ahí la señorita que me atendió, por coincidencia, se llamaba Magdalena y había nacido como el 10 de julio o algo por ahí... Coincidencias de la vida. Quiero tomarlo como un buen indicio.

Después pasé por aduana, declaré mi notebook, y me fui a sentar a esperar que abrieran la puerta del avión. En realidad a que llegara también, porque todavía no daba ni señales. Ahí me senté a hacer sudokus y sopas de letras por un buen rato.

Finalmente abrieron la puerta y tuve que hacer la cola para entrar con 11 kilos a cuestas, y me tocó un asiento cuyos compartimientos superiores tenían suministros y cosas de primeros auxilios, así que tuve que ponerlo al frente, donde apenas cabía. Me tocó sentarme al lado de una señora que iba con cara de "no quiero hablar" e iba haciendo una lista de cosas como "llave de agua abierta, gotera de noséqué, puerta sin llave" y puras tragedias y olvidos por el estilo. No es que sea sapa, sólo quería saber si hablaba en español o inglés. Para la hora de la comida cruzamos un par de palabras, cuando, en vista de que se estaba quemando los dedos tratando de abrir la comida, le sugerí que lo sujetara con la servilleta y abriera el alusa foil de arriba con el cuchillo. La gente tiene poca visión para las soluciones prácticas...

Ví una película, dormí como una hora, y no sé qué me poseyó, pero no pude dormir más. Usualmente no tengo problemas, pero esta vez fue imposible, así que me puse a ver otra película. Después vi un capítulo de Two and a Half Man y entonces tuve la mala idea de poner música y la pantalla se quedó pegada, así que saqué mis sudokus y sopas de letras otra vez. Me dediqué a mirar por la ventana como las últimas dos horas, a ver las lucecitas de abajo, tratar de adivinar dónde estaba, y auto-convencerme de que iba a estar en Canadá por los próximos 4 meses y medio, y que era real. No tuve mucho éxito en eso.

Llegué al aeropuerto, caminé mucho rato, hice una cola enorme con mis 11 kilos nuevamente a cuestas, para pasar por policía internacional, y luego una segunda cola lentísima para inmigración. Esa fue horrible, porque la gente es tan imbécil, que llega a las ventanillas para descubrir que no trajo todos los papeles, y los pobres seres humanos que trabajan ahí tienen que tener la buena voluntad de lidiar con los idiotas y solucionarles el problema en la medida de lo posible. Eso hace que uno se demore siglos en pasar.

Por fin terminé, pagué un maletero para que me ayudara, tomé un taxi, y salí a Toronto, con un frío endemoniado. Lo primero que me llamó la atención, fue la cantidad de chimeneas encendidas, aunque dadas las temperaturas es natural. Igual es una ciudad linda. Estaba toda nevada, y pasamos cerca de la costa. Me gustó.

Llegué al hotel donde viviré por un tiempo, no pude entender cómo funcionaba la ducha, así que me lavé, me presenté a los encargados, y me fui a ver a mi coordinadora de la u. Después me perdí un rato tratando de encontrar la oficina de asuntos internacionales, que estaba recién cambiada, y resultó estar al lado del edificio donde había ido a ver a mi coordinadora y en el cual estudiaré por los próximos cuatro meses. Después fui y compré 3 frazadas y un plumón, una bajada de baño y una toalla en Sears, y me pidieron un taxi para volver porque apenas tenía manos para las tres enormes bolsas.

Ese fue básicamente mi primer día. Durante mi segundo día, me levanté y fui a mi "Día de Orientación" donde nos dieron la bienvenida, nos explicaron algunas cosas, comimos pizza, nos conocimos con algunos de los otros alumnos de intercambio, hicimos un tour por el campus y terminamos en un pub cerca de mi hotel. Ahí conocí más gente, y quedamos de juntarnos en una residencia donde está gran parte de los intercambistas esa misma noche. Conocí dos chicos australianos que se están quedando a dos puertas de la mía, y decidimos irnos juntos.

A todo esto, mi compañera de pieza aún no había llegado, pero me había llamado mi primer día para darme la bienvenida y decirme que llegaría el domingo.

Ahora... ¿en qué iba? Ah, sí... el carrete de la noche del 4. Fuimos a Neil Wycik, que es la residencia, y es un ASCO. Son como minis departamentos, con 5 o 6 piezas, una cocina y un living en común. Lo primero que vemos es una trampa para ratones en un rincón, y nos dicen que no nos sentemos en el sofá porque no saben qué puede haber ahí. Ugh. Las chicas contaron que cuando llegaron no tenían ni camas. Sólo unas cajas, y unos "colchones" llenos de hoyos. Obviamente, se los cambiaron. Más encima, los compañeros de departamento, se habían ido por las vacaciones, y dejaron todos los platos en el lavaplatos sin lavar. Un asco en verdad. Cuando llegó otra niña, sugirió que nos fueramos a su departamento, que resultó bastante más decente. Supuestamente era una junta para tomar algo antes del carrete, pero en vista de que nadie llevó nada, fue sólo conversación... A mí no me afecta, total yo no tomo. Fuimos a bailar, y todos odiaron el lugar, así que fuimos a un bar, y terminamos en el pub que habíamos ido por la tarde. Como a las 2 a.m. cierran, así que nos devolvimos al hotel.

Al día siguiente teníamos el día del tour. Sin embargo, nuestro almuerzo con los chicos australianos y otra chica, también australiana que se queda en el hotel, duró más de lo presupuestado, por lo cual llegamos 20 minutos tarde, y ya todos se habían ido. Nos encontraron los organizadores, nos dieron la lista de actividades (era como una búsqueda del tesoro) y con Ashley, la chica australiana, decidimos ir a hacer unas compras "rápidas" y luego encontrarnos con los chicos en una hora. Terminé comprando un set de platos y uno de vasos más un reloj despertador, y Ashley unas botas que devolvió, para comprarse unos botines certificados contra el frío y unos pantalones de ski. Todo esto nos llevó aproximadamente 3 horas, y tomamos un taxi al pub que habíamos estado dos veces el día anterior, y al irnos, los chicos nos ayudaron con las bolsas.

Hicimos un "pre-drink" en la pieza de los chicos, nos juntamos con los otros en Neil Wycik, y cuando los vecinos reclamaron por la bulla, nos fuimos al pub.

Al día siguiente no hice mucho, y me quedé en pijama hasta tarde, descansando. Cuando llegó mi compañera de pieza, que parece bastante agradable, me vestí y fuimos al supermercado. Lavé toda la loza que había comprado el día anterior, porque estaba sucia y polvorienta (sí, yo lavé la loza), comí algo, y luego me acosté como a las 9 de la noche, después de ver tele un rato.

El lunes, me levanté temprano para el desayuno, fui a ver lo de mi cuenta electrónica de la Universidad, hice un reconocimiento de salas, y paseé por al menos 3 malls diferentes. Encontré un MNG, en el mall que se conecta directamente con mi edificio de la universidad (oh, sí... tengo conexión directa al mall) así que estoy frita. Por suerte no quedaban cosas de mi talla.

Volví, comí, y con Ashley y los chicos fuimos un rato a un bar a "probar" la cerveza canadiense (ellos probaron, yo tomé agua). Cuando volví al hotel, accidentalmente cambié la hora del reloj, pero al volverla a la hora, puse las 12 en vez de las 11. Eso significó que me levanté a las 6 en vez de levantarme a las 7, y como no entro sino hasta las 9, decidí aprovechar esta inesperada hora libre para darles la lata.

Ya son las 8. Así que creo que es suficiente. Deséenme suerte en mi primer día.

01 enero 2008

Días de Locura

Me voy a Canadá mañana. En 24 horas ya me encontraré en el aeropuerto presta a despegar...

Han sido días de locura incesante. Correr de un lado a otro, procurando los últimos detalles. Compras de farmacia, perfumería, supermercado, todo para abastecerme con los últimos artículos necesarios para no tener que comprar durante algún tiempo. y definitivamente eso ha hecho que en estos días se haya gastado mucha plata. Además de la avalancha de compras, he tenido que preocuparme de mi apariencia física, y aunque al final nunca alcancé a ir a la peluquería, a estas alturas da lo mismo. Por último, aunque esta parte sí es más agradable, me ha tocado recibir muchos abrazos y visitas de despedida. Una parte de mí sólo quiere irse para descansar un par de días, aunque no es eso lo que haré en mis primeros días en el extranjero.

Hoy hice las maletas entre otras cosas. Tengo el bolso de mano y las maletas (con un leve sobrepeso de un par de kilos) casi listas: me falta un diccionario (tengo, pero mi madre lo considera demasiado grande y no quiere que lleve ese; mañana deberemos ir a hacer lo que, espero, sea mi última compra en Chile por un buen tiempo), algo para entretenerme en el avión (mi revista favorita ya no la traen a Chile... buuuuu), más algunos detalles de última hora que agregar al bolso de mano, como el cosmetiquero, el cepillo de pelo, cepillo de dientes, entre otras cosas, que deberé esperar a meter en el último minuto.

Lo divertido fue que después que ya tenía armada mi maleta, me di cuenta que no tenía ropa pa irme mañana... Al final improvisé una tenida de avión, porque igual había dejado algunas cosas en el clóset.

Han sido días estresantes. Y lo mejor de todo, es que creo que aún no dimensiono el hecho de que me voy... por un poco más de cuatro meses, estaré sola, libre, independiente, a miles de kilómetros de mi país de origen. Me han preguntado si estoy nerviosa. La verdad es que es difícil estarlo si apenas he logrado darme cuenta de lo que haré en 24 horas más, y durante los próximos cuatro meses. Es raro, y al mismo tiempo es bueno, y agotador...

La próxima vez que escriba, lo haré desde un país diferente, en una habitación hasta ahora desconocida. Probablemente ya no me vean en persona hasta mayo... Así que... NOS VEMOS EN MAYO!!