31 diciembre 2009

Año Nuevo


No es que sea una amargada, ni el grinch ni nada similar... pero ya que despotriqué en contra de la navidad, corresponde el turno ahora del año nuevo: la festividad que odio más que a todas, independiente del año que sea y de la situación en que me encuentre.

Y sí, sí... es una cuestión de actitud y blablabla... no quiero escucharlo. Detesto la noche de año nuevo. Y punto. Y esta vez no es de tincada: tengo mis razones.

Como por ejemplo que anda todo el mundo histérico buscando una fiesta, en la que se van a obligar a sonreír y a festejar para poder decir que tuvieron un increíble comienzo de año. Pero hablemos en serio. Si bien no falta el clásico optimista que nació con pupilas especiales para verlo todo en color de rosa, yo no puedo evitar notar que en esas fiestas ni siquiera se puede bailar porque más que una fiesta parece una lata de sardinas atiborrada de sardinas borrachas, que empujan, te aplastan, te pisan y te tiran sus tragos encima. No sé porqué, pero eso no es mi idea de diversión... De puro complicada que soy, seguramente...

Y hablando de sardinas en lata, yo no sé porqué pero en año nuevo siempre está todo atiborrado. No importa a donde vayas, ni lo que hagas. Si no vas a una de esas fiestas, entonces te tocará el taco eterno para llegar a donde sea que se te ocurrió ir. Y ni hablemos si se te ocurrió la brillante idea de salir fuera de Santiago justo el día 31... Pero no son sólo las carreteras. Hoy mi madre me forzó a vivir un traumático recorrido de última hora por el supermercado. Me empujaron, me pegaron, me pasaron a llevar, me obstruyeron el paso ignorándome completamente, y todo eso, por lo menos una docena de veces. En la carne sacamos el número 72, e iban apenas atendiendo al número 30. Juro que si no fuera por el tremendo autocontrol que tengo, habría gritado.

E incluso si tienes la previsión de ir al supermercado antes y tienes el juicio de hacer apenas una comida familiar y recibir a unos pocos en tu casa, entonces tienes el estrés de tenerlo todo listo antes de que lleguen los invitados, esmerarte en una comida "especial", poner la mesa, limpiar y un largo etcétera.

Y aunque luego estés agotado y lo único que quisieras en el mundo es acostarte y ver un rato televisión (en la que por supuesto, aunque lo hicieras, no están dando nada decente), no puedes, porque tienes que esperar a las 12 de la noche. ¿Y para qué? Para ver unos fuegos artificiales ultra-archi-requetecontra repetidos, iguales a los que han tirado año, tras año, tras año. Pero tienes que sonreír y hacer como que te lo estás pasando de maravilla, porque se supone que en año nuevo siempre te lo tienes que pasar fantástico. Aunque tú única motivación para seguir mirando sea la esperanza de ver algo diferente... como el cerro incendiándose, por ejemplo...

Y no olvidemos los abrazos, donde tienes que escuchar las mismas fórmulas gastadas de siempre, y repetir como autómata que les deseas lo mejor. Y no es que no lo haga. Pero no hace ninguna diferencia que se los diga a las 12 o a las 10, antes de irme a dormir.

En mis 27 años, no he pasado ni un año nuevo que pueda recordar como algo entretenido. Incluso cuando me he ido a la playa a pasar la semana de año nuevo, ese ha sido el día más fome de toda la semana. No es que haya sido malo. Simplemente no han tenido nada que los destaque.

Según mi punto de vista, el 31 de diciembre, es sólo un día en el calendario. Igual que el 1 de enero. Si es por eso, debiéramos celebrar todos los últimos días del mes. Al fin y al cabo es el mismo concepto. Incluso podríamos celebrar todos los domingos por la noche.

Bueno... esos son mis descargos. Volveré para hablar de festividades el 14 de febrero. Y recuerden: sonrían, que así nadie les preguntará tonterías...

24 diciembre 2009

"Feliz Naidad"



Hoy es Navidad. Me lo he dicho a mi misma un par de docenas de veces ya. Pero lo siento... no tengo espíritu navideño este año. Como vendimos la casa, y nos tendremos que ir a mediados de enero (quién sabe a dónde, porque aun no tenemos ni la más mínima idea. Así como vamos al único lugar que nos vamos a poder ir es a la m$%#...), mi madre decidió no decorar la casa; Es decir, no hay árbol, no hay pesebre, no hay adornos, no hay nada de nada. Qué diablos... ni siquiera hay ambiente familiar. Mi hermano ya no vive en la casa, mis padres se están divorciando... Así que en realidad, "Jo, jo, jo" mis polainas...
No es que sea un Scrudge ni mucho menos (y como están las cosas, los fantasmas se pueden ir a la punta del cerro un rato en vez de aparecer...). La verdad amo la navidad. Es sólo que este año no parece que lo fuera. Encima, mi teclado está teniendo problemas para escribir la letra "V" así que ni siquiera puedo escribir la palabreja esa, sin esfuerzo. Pero supongo que los buenos deseos están a la orden del día, y con "V" o sin ella, hay que cumplir con ese punto... porque aunque no la sienta, igual es navidad... o según la porfiadez de mi teclado es "naidad". Quizás es la letrita esa lo que le falta a mi espíritu. Pero sin más rodeos y con el objetivo de hacerlo de manera fluida, les deseo una "feliz naidad a todos". ¡Y que sea mejor que la mía!