21 octubre 2009

Escribir o ser feliz... esa es la cuestión

Ayer estaba pensando... ¿por qué será que cuando uno tiene una relación sentimental no escribe tanto? ¿Será, acaso, que la inspiración se nutre de la soledad? ¿O quizás, que cuando uno está con alguien tiene cosas bastante más interesantes que hacer que estar sentado escribiendo y pensando tonteras? Eso último me suena factible, aunque lo primero no es menos cierto.

Una buena amiga mía dijo por ahí una vez que transformábamos las lágrimas en tinta o algo así... Pero me pregunto yo: ¿Por qué no podemos transformar también las risas? ¿O acaso son materia prima defectuosa?

Claro que si uno lo piensa, existen miles de ejemplos de artistas de almas torturadas... escritores, poetas, pintores, músicos... parece que las personas felices no les resulta mucho lo artístico... o eso, o nadie los pesca por aburridos y felices...

Así que aparentemente, debo elegir entre una parte esencial de mi persona que es escribir, y ser feliz... Aunque si considero que en realidad no sé ser feliz más que por cortas temporadas, creo que puedo compatibilizar las dos cosas... creo... O eso, o deberé tratar de aprender a convertir las risas en tinta...

06 octubre 2009

Ensayos, estructuras y pataletas

En este minuto debería estar escribiendo un ensayo para dirección estratégica, pero no tengo ganas. Es para mañana... Llevo una página... Desde el domingo, en realidad que llevo una página. En mi defensa, hoy la modifiqué un poco, pero sigue siendo una página.

El problema no es escribir el ensayo. Tampoco es el tema. El problema es que tiene una pauta absurdamente rígida, que coharta mi posibilidad de tomarme "licencias literarias". Y eso me apesta. "Tres argumentos con respaldo y dos contraargumentos con respaldo, refutación y respaldo de la refutación". Puaj. Yo quiero desarrollar el tema, opinar, pensar, criticar y analizar. Y explayarme. Y divagar un poco. Esta pauta, en cambio, está casi como para hacer un punteo. Y eso me molesta profundamente.

Por eso estoy escribiendo acá. Ejerciendo mi derecho a pataleo. Y a explayarme. Y a divagar bastante.

Más encima tengo sueño. Y tengo ganas de tener alguna conversación interesante. De arreglar el mundo, o simplemente mirar el techo. No de hacer este ensayo ultraestructurado que coharta mi libertad de expresión.

Lo peor de todo es mi maldita conciencia que me atormenta porque aún no he terminado. Y sólo llevo una página. Me faltan los argumentos, contraargumentos, refutaciones y todos sus respaldos correspondientes. Y el resumen final.

Pero... ¿alguien querrá conversar y darme una excusa para sacar la vuelta otro rato y no hacer este ensayo que me desagrada tanto?