25 septiembre 2012

Soñando Sueños de a Dos

Cuando entré a ingeniería comercial descubrí que siempre he sido una estratega. Y lo digo en el sentido de cómo administro mi vida. Soy muy enfocada al logro. Eso implica que me planifico mucho con el fin de alcanzar un gran e importante objetivo final. Me gustan las cosas así: apuntar a una gran meta y planear a largo plazo mi estrategia de conquista. Ella incluirá una serie de objetivos operativos y de corto plazo que no me hagan perder el horizonte.
 
Así que si quiero lograr algo, divido el trabajo, planifico, organizo... Así logré notas sobresalientes en mi carrera, en que mi objetivo era obtener un promedio 6,5 final. Y lo logré. Así logré rellenar mis vacíos académicos en física cuando estaba en el colegio, así organizo mi trabajo. Si no tengo una meta clara y definida, tiendo a divagar y procastinar. Quizás es por eso que tardé tanto en encontrar la felicidad en el amor, pues la meta era difusa. Ahora, enamorada como estoy, me resulta inevitable planear. Y planear, y planear. Me alegro que a mi Cucho eso no lo asuste, porque objetivamente, podría ser como para salir arrancando a perderse... Sin embargo, no sólo no se asusta, sino que alienta y da alas a mis planes.
 
Y a lo mejor estamos como candidatos para el manicomio, porque casi desde que empezamos que decidimos cómo se llamarían nuestros hijos. Y a la fecha, cuando faltan menos de dos días para cumplir "apenas" 7 meses juntos, ya tenemos practicamente decididos los próximos 8 años de nuestras vidas. La cosa va más o menos así: hay algunos proyectos académicos personales que queremos y tenemos que cumplir y deberían estar culminados a más tardar a finales del 2015 en mi caso, y para finales del 2014 en su caso, aunque en realidad, con especialidad incluida eso podría ser a finales del 2020. Esos proyectos vienen a determinar mucho de dónde viviríamos, porque de acuerdo al plan, nos casaríamos el día 10 de septiembre del 2016 (fecha muy, muy preliminar... no estamos tan locos como para ir a reservar iglesia ahora... nos tienen que dar un par de meses más para eso... XD ). El otro día miramos anillos de compromiso y decidí que me gustan los de estilo antiguo-vintage. Después de pedirme que le mostrara qué me gustaba, su pregunta fue cuál era mi talla de dedo... nada más... Pero si esto los tranquiliza - no lo creo - aun no hemos mirado argollas de matrimonio. Tampoco hemos organizado el matrimonio, aunque yo ya tengo más o menos claro cómo me gustaría que fuera mi vestido (y no, nunca fui de las que los lleva en la cartera). Sí tengo un poco pensado qué tipo de flores me gustarían para la recepción, y las vimos el otro día, pero la elección final va a depender de los presupuestos, porque no tengo ninguna intención de ponerme extravagante, y menos con las flores... No hemos definido tampoco la luna de miel, aunque un crucero es una opción que suena.
 
Luego de casados pensamos tener hijos pronto. Por mi edad los riesgos aumentan si esperamos mucho, así que ante eso no tenemos mucha opción. Así que supongo que esperamos a un Gabriel o una Trini que sea de signo cáncer, leo o quizás virgo... Voto por cáncer, sólo para que seamos una familia de "cánceres"... dos a tres años más tarde vendría el segundo. Esperamos la parejita, pero si creemos a la quiromancia, de mi segundo embarazo nos convertiremos en padres de trillizos, así que nos faltan como mínimo dos nombres.
 
En cuanto a dónde vamos a vivir, ahora parece posible que terminemos viviendo un tiempo en Tiltil o San Felipe, aunque después volveríamos a Santiago. Los niños tienen que ir a un buen colegio después de todo, y en la zona no estamos seguros de encontrar algo que cumpla con todos nuestros estándares. Hemos pensado en la Scuola Italiana, mi colegio de egreso, que además actualmente tiene una propuesta educacional bastante interesante. En Santiago nos gustaría vivir en Providencia, quizás cerca del lugar donde comenzamos a pololear... Pero idealmente sería bueno conservar un lugar en Tiltil o San Felipe para arrancarse los fines de semana a un lugar más rural y tranquilo. Hemos hablado también de un lugar en la playa, pero eso se verá de acuerdo a las oportunidades económicas que surjan.
 
Y sí. Es todo una locura, lo sé. Me lo hubieran dicho 8 meses atrás y habría pensado que era imposible. Pero acá estoy. Enamorada. Planeando un futuro de a dos. Un futuro donde todo calza, un futuro que ya no puedo imaginar sin tenerlo a mi lado. Una locura, sí. Pero una locura linda. Una locura que me hace feliz... Así que déjenme soñar...

1 comentario:

Andres dijo...

Me encanta ser así de diferente contigo... por lo menos puedo decir que ya tengo algo planeado para el 2016: ir a tu matrimonio.