19 marzo 2012

Lucky I'm in love with my best friend

El corazón es bien extraño y voluntarioso. Uno puede tener todas las razones del mundo para enamorarse de alguien, y sin embargo, el corazón se empecina en rehusarse a "querer". Por otro lado, uno puede tener todas las razones del mundo para requerir arrancar de alguien, y el corazón se aferra a sus sentimientos como si fueran un salvavidas. A mí en general me pasa más lo primero que lo segundo. La verdad tengo un corazón bastante desapegado, lo que hace que mi razón domine en el 90% de las ocasiones. Para el otro 10%, sucede que por mucho que trate de negociar conmigo misma simplemente no se llega a acuerdo.
Hace casi 7 años conocí a un hombre maravilloso. Inteligente, guapo, dulce, que me hace reír y me conoce como nadie. Un hombre con quien puedo ser yo misma a pesar de todas mis rarezas, mis mañas, mis incongruencias y mis absurdos. Un hombre que me quiso y que me ama. Un hombre que me hace feliz. Un hombre que es mi mejor amigo. Y un hombre al que por años "friendzoneé" a pesar de saber - en términos intelectuales - que estar juntos sería simplemente perfecto. Y por alguna razón mi corazón se negaba a aceptar las evidencias. Y lo hice sufrir, y me hice sufrir por saber que lo dañaba, y aun así, no lograba convencer a este corazón testarudo...
Mi querida amiga Lola opina que nos faltaba pasar más tiempo juntos. Es cierto que nos veíamos poco. Pero a pesar de eso hemos mantenido una amistad tan cercana que practicamente no se nota que a veces nos veíamos tan sólo un par de veces al año. Agradezco a las maravillas de la modernidad que permitían que por temporadas habláramos prácticamente todos los días. Recuerdo una época en que mi día no estaba completo si no lograba conversar con él aunque fuera un momento. Pero entonces mi corazón me forzó a hacerle daño y eso inevitablemente nos apartó un poco, y esas conversaciones que eran una parte fundamental de mi día se transformaron en un evento un tanto más esporádico, aunque no por ello menos necesario. Pero yo sabía que era necesario: darle su espacio, que se curaran sus heridas, y también para evitar mi nudo en la garganta... ese que se producía por mi imposibilidad de decir que sí...
Evidentemente el tiempo no se detuvo. Él conoció a alguien más, se olvidó de mí, y logramos mantener la amistad. Yo también tuve otras relaciones. Pero él permaneció siempre como una constante en mi vida. Mi mejor amigo... Y entonces hace algunos meses su relación se acabó, yo también estaba soltera, y por alguna conjunción de astros se me ocurrió invitarlo a la playa con un grupo de amigos por el fin de semana. Juro que no había doble intención. Sólo pasar un poco de tiempo, compartir, y reírnos, que es algo que hacemos con frecuencia... Pero ahí fue cuando todo cambió: algo hizo click y de repente el corazón decidió entrar en razón sin ninguna razón en particular y por todas las razones... De repente las piezas encajaron en su lugar y me encontré con que el hombre que tenía al lado era todo lo que quería... Que hacer nada junto a él era infinitamente mejor que hacer cualquier cosa sola o con alguien más. Que con él "estar" era suficiente. Por un lado me dieron ganas de decirle a mi corazón "you don't say?"...
Empezamos a juntarnos más, empezamos a pasar más tiempo juntos y poco tiempo después, empezamos a pololear. Hay gente que por alguna razón se cree con derecho a opinar, y ha expresado que es "muy pronto". Hay gente que bien podría hacer con sus opiniones alguna cosa obscena también... No entienden que ya se ha perdido demasiado tiempo en que podríamos haber sido felices. Y que yo sepa, no existe ninguna norma que especifique el tiempo de "luto" entre relaciones, sino que cada uno toma decisiones de acuerdo a sus propias circunstancias...
Soy feliz, a pesar de tener que lidiar con una relación a distancia. Soy feliz y me siento afortunada. Soy feliz y sueño despierta con un futuro en que le creo cuando dice que lo mejor está por venir...

1 comentario:

Dr_Cucho dijo...

Es imposible decir que no es extraño leer una crónica del cual se es protagonista pero “desde el otro lado de la vereda”, ha sido una historia muy larga, de años que han pasado con una velocidad despiadada, lamentablemente la menoría es frágil y he olvidado muchos detalles… por ejemplo: no recuerdo cuando fue la primera vez que te vi, no recuerdo como te enteraste de mi existencia (o derechamente no lo sé), no recuerdo cómo exactamente comenzamos a hablar de otra cosa que no fuera de un documento traducido en la biblioteca de nuestra ex universidad, no recuerdo cuando fue la primera vez que simplemente nos encontramos en la biblioteca y nos sentamos a charlar sin una razón en particular, no recuerdo cuando prácticamente nos echaron de ahí porque ya era hora de cerrar, no recuerdo como intercambiamos correos y comenzamos a charlar a través de internet, no recuerdo como caímos en crear blogs y convertirme en un acérrimo seguidor de tus escritos (hasta ahora creo que soy el único que ha leído todos y ha comprendido la mayoría), ni recuerdo como, cuando ni por qué nos juntamos por primera vez luego de que partieras a otra casa de estudios ni qué hicimos en esa oportunidad… y así un sinfín de cosas que hemos hecho y compartido juntos… pero mi cerebro no ha sido tan cruel conmigo, si recuerdo que fue en esas charlas en la biblioteca en que me percaté que teníamos cosas en común que eras especial y sobre todo brillante, recuerdo que lo que algunos consideraban “tardes perdidas” para mi fueron provechosas porque te conocí cada vez más, recuerdo que no fue solo una, sino varias las veces que nos “echaron” de la biblioteca, recuerdo pasar horas hablando contigo sin ninguna aproximación de aburrirse, recuerdo que de un momento a otro comencé a sentir algo muy intenso por una mujer que al verla me encantaba su belleza y forma de pensar diferente al resto, recuerdo el ese vacío que sentía si no lograba hablar un día contigo…
Ha pasado mucho tiempo, rápido, pero es mucho de todas formas… creo que ahora comprendo mejor que ha pasado por “tu lado de la vereda” en esos momentos en donde solo podía preocuparme del mío… podría escribir mucho más hablando de recuerdos, pero prefiero sacarlos a la luz estando contigo y me llama más la atención los que podemos construir juntos de aquí en adelante… podría hablar de lo especial que me siento ahora por un sinfín de razones, pero me preocupa más el hacerte sentir especial a ti, porque simplemente lo eres, eres única y cada día encuentro razones que refuerzan esa idea y sobre todos refuerzan los deseos que tengo de estar contigo y me convence más y más de que eres perfecta para mi…
En este momento también soy feliz… feliz por continuar dibujando una sonrisa en tu rostro, feliz por lograr que tus ojos brillen, feliz de lograr contribuir a tu felicidad… soy feliz de poder decir “te amo” y saber que el sentimiento es reciproco, feliz de soñar juntos un presente y un futuro.