11 diciembre 2007

El eslabón estelar perdido

¿Alguien está familiarizado con la teoría de la formación de estrellas? No es que yo sea una experta en astronomía ni nada de eso, pero el otro día leí algo, y me pareció tan interesante y digno de reflexión que decidí compartirlo con quien quiera que lea este blog.

La cosa es más o menos así: primero se unen cuerpos de roca y hielo muy pequeños, formando algo conocido como "planetesimales" que son como embriones de planetas. Estos van creciendo y creciendo hasta que se convierten en planetas. Si crecen mucho, son capaces de atraer gas, formándose entonces, ya no un planeta, sino que un "gigante gaseoso", compuesto principalmente por helio e hidrógeno. Cuando este gigante alcanza una masa crítica, que favorece la fusión nuclear del hidrógeno, esta fusión le permite brillar, y se vuelve aquello que todos conocemos como estrella.

Durante años, los científicos promotores de esta teoría pronosticaron la existencia de una etapa intermedia entre el planeta y la estrella, con suficiente masa como para atraer gas, pero insuficiente como para gatillar una fusión nuclear que le garantizara el brillo propio de una estrella.

Como muchas cosas, se debió esperar a que estuvieran disponibles los avances tecnológicos necesarios, pero finalmente se encontró ese "eslabón estelar perdido": los "enanos marrones", o en inglés, "brown dwarfs".

Los brown dwarfs son definidos como "estrellas fallidas" y reciben su nombre por su pequeño tamaño en relación a las estrellas y porque emiten una débil luz café-rojiza. La razón por la que costó tanto tiempo descubrirlos es que además de su poco impactante luz, suelen ser "acompañantes de estrellas", es decir, se mantienen a distancias relativamente cortas de estrellas, que con su luz opacan la ya débil iluminación de los brown dwarfs.

Así que esa es la historia. Cuando me enteré, no pude evitar pensar en que todo esto serviría como una excelente metáfora sobre algunas personas. Creo que siempre podemos distinguir gente-planeta, que nunca creció, nunca hizo nada con su vida, nunca brilló y jamás lo hará. Sólo desean ser sólidos, compactos y prácticos. Si tienen suerte, quizás podrían ser habitables. Si no, sólo serán una acumulación de polvo estelar.

Por supuesto, está el otro extremo. La gente-estrella, que llegan alto, brillan por sí solas, son enormes gigantes que no pasan desapercibidos. Son aquellos seres que siempre impactan por su presencia, por sus acciones, su fuerza, su luz.

Pero las cosas nunca son blanco y negro. Y por eso existe también la gente-brown dwarf, aquellos que trataron, pero que por una u otra razón, no lo lograron... que soñaron con ser estrellas, y su luz apenas logró ser percibida, que viven opacadas por las verdaderas estrellas, rondándolas, acompañándolas, quizás para ver en qué se equivocaron, para aprender a hacer lo correcto, quizás porque no pierden la esperanza...

En fin... este fue el momento cultural-filosófico-metafísico con toques astronómicos. Dedicado a los brown dwarfs del mundo. Sigan luchando por ser estrellas.

2 comentarios:

Dr_Cucho dijo...

Por lo visto lo del eslabón estelar perdido puede llegar a ser un ejemplo muy gráfico de la conducta que pueden tomar muchas personas en sociedad… pero en verdad el análisis más profundo (y en verdad el más práctico para cada lector) es la solución a la interrogante: ¿dónde uno mismo cae dentro de esta clase de clasificaciones?...
En lo personal no me da para estrella… sería demasiado arrogante si dijera que hoy por hoy lo soy pues me queda mucho camino por recorrer antes de de brillar de esa manera…
Un planeta?.... no, creo que ya soy algo más que un planetucho del montón…
Un brown dwarfs … nahhh…. muy complicado de pronunciar… no estoy para estar arrimándome a nadie y me aburren las frustraciones por no llegar a brillar…
Entonces donde quepo en esta clasificación estelar?... no lo sé… tal vez me defina mejor como un inquieto cometa que brilla por el constante movimiento sobre su irregular órbita, iluminando el paso de uno que otro planetoide en el camino, disconforme con el movimiento monótono de las estrellas, dispuesto a cambiar de curso según vengan las fuerzas gravitacionales… total… adaptarse sin perder su gracia y brillo particular es su característica principal…

Saludos desde mis viajes interplanetarios… no dejes tan botado éste lado de tus escritos que en verdad se echan menos (a pesar de que de broma en broma trate de señalar lo contrario… cosa que ni yo me creo…)

Estamos al habla…

Adeau…

Anónimo dijo...

brown dwarfs ... mmm... conozco varios que caen en esa clasificacion...
Y concuerdo con el Cucho, la interrogante salta por si sola ¿donde me clasifico?, la verdad es que en mi caso particular, la clasificacion depende del dia. Hay dias en donde mi capacidad innata para boicoteame la vida siente que soy solo un planeta cagoncito que con suerte alguien vendra y le pondra un poquito de vida, otros dias siento que soy toda una estrella, sobre todo cuando mi capacidad de dispersion tiende a 0 y logro focalizar mis ideas, logro subime al escenario y brillar... Pero creo que en el comun de los dias soy solo una brown dwarfs, donde necesito arrimarme a gente que brille de forma natural... Creo que estoy en proceso a poder ser una estrella cotidiana.
Claro que no falta el planeta, que envidioso de mi progreso, consume mi poca energia y vuelvo a ser un miserable planeta... rencoroso ademas.
Amiga Estrella.... nos vemos hoy a la noche, espero, siempre y cuando tus planes no interfieran con la felicidad de verte.
Besos
te amo