10 enero 2010

Renunciando a la adultez



Acabo de leer una declaración, y la encontré tan buena, que merece ser compartida. Estaba en inglés, así que a continuación una traducción:
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Renunciando a la Adultez

A quien corresponda
Por este medio estoy oficialmente presentando mi renuncia como adulto.

He decidido que quisiera aceptar las responsabilidades de un niño de 8 años otra vez.

Quiero ir al McDonald's y pensar que es un restaurante de cuatro estrellas.

Quiero navegar barquitos de papel en un charco lodoso y hacer ondas con piedras.

Quiero pensar que los M&M son mejores que el dinero porque se pueden comer.

Quiero jugar dodgeball en el recreo y pintar con acuarelas en arte.

Quiero acostarme bajo un gran roble y atender un negocio de limonada con mis amigos en un caluroso día de verano.

Quiero volver al tiempo en que la vida era simple. Cuando todo lo que sabías eran colores, tablas de multiplicar y rimas infantiles, pero eso no te molestaba, porque no sabías qué era lo que no sabías y no te importaba. Todo lo que sabías era ser feliz porque eras benditamente inconsciente de todas las cosas que te deberían haber preocupado o molestado.

Quiero pensar que el mundo es justo. Que todos son honestos y buenos.

Quiero pensar que todo es posible.

En algún momento en nuestra juventud, maduramos y aprendimos demasiado. Hay armas nucleares, guerra, prejuicios y niños abusados. Mentiras, matrimonios infelices, enfermedad, dolor y muerte. Un mundo donde las compañías envenenan nuestra agua y suelos y los niños matan.

¿Qué pasó con el tiempo en que pensamos que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendíamos el concepto de la muerte? Cuando la peor cosa en el mundo era que alguien te quitara tu cuerda para saltar o te eligiera último para jugar a la pelota.

Quiero estar ajeno a las complejidades de la vida y sobreexcitado por las pequeñas cosas otra vez.

Quiero volver a los días en que los niños jugaban a las escondidas afuera en vez de estar pegados a la televisión, cuando los videojuegos eran tan inofensivos como Pac-Man... en vez de desgarradores, salpicadores de sangre y adormecedores de la mente como Mortal Combat, y la TV todavía tenía programas que no eran sobre sexo, asesinatos, ni mentiras.

Recuerdo ser inocente y pensar que todos eran felices porque yo lo era. Las tardes pasaban trepándome a los árboles y rejas y andando en bicicleta.

Nunca me preocupé por el tiempo, las cuentas o de dónde iba a sacar plata para arreglar mi auto.

Solía preguntarme qué es lo iba a hacer o ser cuando creciera, no preocuparme sobre lo que haría si no resultaba.

Quiero vivir simple de nuevo.

No quiero que mi día consista en problemas con el computador, montañas de papeleo, noticias deprimentes, como sobrevivir más días en el mes que dinero en el banco, cuentas médicas, chismes, enfermedades y pérdidas de seres queridos.

Quiero creer en el poder de las sonrisas, los abrazos, las palabra amable, la verdad, la justicia, la paz, los sueños, la imaginación, la humanidad, y hacer ángeles de nieve.

Así que... acá está mi chequera y las llaves de mi auto, mis cuentas de las tarjetas de crédito y mis 401 kilos de declaraciones. Estoy oficialmente renunciando a la adultez.

Y si usted quiere discutirlo más en profundidad, va a tener que atraparme primero, porque... "¡Pinta! ¡Tú la llevas!"

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Es un texto que me llegó... aunque probablemente no de la manera en que pretendía el autor. Mi reflexión va más por el lado de que yo a los 8 años, ya no era esa niña. Ya había perdido esa inocencia que da el no haber sido tocado por el dolor. Ya había descubierto la traición, la falsedad, las mentiras y la envidia. Ya había aprendido demasiado...

Creo que si tengo que devolverme a una edad debiera hacerlo a la edad de 4 ó 5 años. Me tocó aprender lecciones duras muy pronto, supongo. Quizás por eso mi alma se siente tan vieja a veces.

No sé si renunciaría a la adultez, aunque por momentos lo hago y mi lado infantil se asoma a hacer una pataleta y apela a un lado que aun se conmueve con la ternura, y las sonrisas y los abrazos y las palabras amables...

Creo que en todo caso, a lo que sí renuncié hace rato es a complicarme la vida. Porque la vida es más simple de lo que parece, y el dinero ayuda, pero no lo es todo, y las noticias malas siempre tienen un lado positivo, y nada es tan malo como parece, ni hay mal que dure 100 años... Renuncio a perderme, renuncio a dejar de ser yo, renuncio a cambiar mi esencia, renuncio a olvidar a los que quiero, renuncio a lo complicado y a lo malo, renuncio a no ser feliz.